domingo, 29 de noviembre de 2009
EL MALTRATO PSICOLOGICO EN LA PAREJA
En 235 parejas observadas donde se ha desencadenó algún tipo de maltrato psicológico tanto por parte del hombre como de la mujer, se ha podido comprobar que todas ellas correspondían a un perfil psicológico de pareja aislada, es decir, tanto el hombre como la mujer, al emparejarse, cortaron sus relaciones de amistad para aislarse totalmente con su pareja. Tras haberlas evaluado mediante la técnica del psicoanálisis, se pudo comprobar que el aislamiento siempre guarda relación con el sentimiento de los celos. Dicho sentimiento fue la causa y origen del aislamiento de la pareja: para que los celos no se despertaran, procedían a aislarse. Sin embargo, tras el aislamiento, apareció a continuación un incipiente sentimiento de posesión, donde la persona celosa se creía en dominio de la otra. Este sentimiento se fue desarrollando hasta producirse el sentimiento delirante de creer que la otra persona era de su pertenencia y más tarde, de la posesión, se procedió a la agresión. La pregunta que nos surgió a los especialistas que investigamos las 235 parejas fue que si el sentimiento de posesión es el que hace caer en la agresión, porqué la parte contraria acepta el aislamiento y bajo qué constelaciones psíquicas le hace creer a la parte contraria que es de su pertenencia.? Se pudo observar en algunas parejas que había un móvil económico, en otras afectivos y en otra sexual. El móvil económico se debía a que las parejas toleraban el sentimiento de posesión para no perder una cierta seguridad económica. El móvil afectivo se vio en aquellas parejas inseguras cuya seguridad residía en el amor del otro y el móvil sexual se halló en algunas parejas donde el goce sexual producía adicción y sentimiento de posesión ( continuará )
lunes, 23 de noviembre de 2009
VOLVER A TENER PASION
domingo, 15 de noviembre de 2009
EL INFIERNO DE LOS CELOS
domingo, 8 de noviembre de 2009
CRISIS EN LA PAREJA
El Mundo de la pareja está expuesto a continuas crisis, ya que la pareja está formada no por dos personas, sino por una multitud: las familias de ambos, las relaciones laborales, los hijos, los amigos, etc. Esto conlleva dificultades que aparecen a la hora de pactar el tiempo libre, los encuentros, las vacaciones, las custodias compartidas y un sinfín de elementos que deterioran la comunicación. A todo esto, debemos añadirle la personalidad de cada individuo, es decir, la manera de dar y recibir el amor, la tolerancia a los celos, a la independencia, la dependencia al otro, el narcisismo o soberbia, la tolerancia o intolerancia. Según como se manejen estos rubros, la pareja va por un camino de comprensión o discrepancias. El amor nunca es vivido de la misma manera por ambas personas. Platón, en El Banquete, ya nos hablaba de un Erastes y un Erómenos- un amante y un amado- y esto, en mayor o menor medida, siempre ocurre. Siempre hay alguien que ama más y otro que se deja amar. Las dificultades surgen cuando el amante quiere ser amado y viceversa. Ustedes dirán que se trata de compartir y que ambos roles, el del amante y del amado puede simultanearse; es cierto. Sin embargo, la realidad luego es otra. Es más fácil querer se amado que amar, ya que el ser humano, proviene de la llamada célula narcisista: la relación madre-hijo, donde el niño aprende a ser amado desde el comienzo de su vida. Esta relación genera huella. Lo cual acaba conllevando dificultades en el desarrollo psicoemocional de las personas. Nos sentimos amados pero no es fácil aprender a amar, ya que amar es del orden de dar, sin esperar nada a cambio. NO es una transacción económica: tú me das, yo te doy. NO me das, no te doy. El amado siempre quiere mas y el amante, acaba pidiendo ser amado. Amante y amado: dos lugares, dos posiciones que deben ser reguladas, legisladas desde dentro de la pareja y cuando no se sabe amar o no es posible dejarse amar, lo mejor, es llevar a cabo una terapia psicoanalítica. El psicoanálisis enseña las variantes del amor: enseña a amar y también enseña a dejarse amar.