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lunes, 30 de junio de 2014

Tu familia o yo. Terapia de Pareja

domingo, 29 de junio de 2014

TU FAMILIA O YO. Terapia de Pareja

“Tu familia o yo”. Esta disyuntiva lleva a que muchas parejas ( 7 de cada 10 ) acudan a terapia bien individual o conjuntamente porque se ha producido un conflicto donde un miembro de la pareja se haya en la disyuntiva de tomar esta decisión.
Este planteamiento es equivocado porque en cuestiones de pareja y familia, no debe proponerse una alternativa tan agresiva. En primer lugar, hay que analizar los lazos emocionales que se tienen con la familia y con la pareja pero nunca compararlos.
La pareja, la familia, el trabajo, los amigos, deben ser sumas en la vida de cualquier persona. Elegir a la pareja “o” a la familia no es la solución, se debe elegir a la pareja “y” a la familia. Cuando una persona no sabe relacionarse con la familia y con la pareja debido a conflictos emocionales inconsciente o bien a que no sabe poner límites, suele ser causa de desequilibrio dentro de la pareja. Para ello, debe trabajarse el carácter inconsciente de la personalidad y ver dicha incapacidad tanto para la falta de límites como para poder incluir en la vida psíquica la vida de pareja sin tener que terminar con la vida de familia.

Son sumas pero con límites. Sucede que no siempre se sabe o aún sabiéndolo, ciertos afectos como la culpa inconsciente puede hacer creer a la persona que diferenciar a la pareja de la familia, es abandonar a la pareja o a la familia. Y no es así. Estos aspectos de la personalidad deben ser trabajados desde el psicoanálisis para entender cómo ciertos inconscientes infantiles pueden estar interviniendo en la vida del adulto. Podemos hacer también la lectura contraria: cuando una persona no puede sumar pareja y familia, es porque está más cerca de una sexualidad infantil familiar que de una sexualidad adulta de pareja. Este tipo de trastornos, se curan con psicoanálisis.  asa o a la familia. Y no esa asia. Y no esa aste puede hacer creer a la persona que diferenciar a la pareja de la familia, es a as

domingo, 22 de junio de 2014

¿Por que rivalizan las parejas?

Llama poderosamente la atención la enorme rivalidad con que algunas parejas muestran en su relación. Dicha rivalidad les lleva a discutir por lo más nimio y absurdo hasta el punto de llegar a separarse. Sin embargo, tanto ella como él, tras romper, cuando conocen a toda persona terminan reproduciendo el mismo modelo de relación que la anteriormente terminada.
Entrando en los aspectos inconsciente de este tipo de rivalidad, tenemos que analizar separadamente en el hombre y en la mujer los factores que determinan dicha pelea o rivalidad.
En el hombre, la rivalidad con respecto a la mujer tiene varias causas. Hoy comentaremos una de ellas y guarda relación  con una envidia inconsciente femenina hacia la mujer. Esto quiere decir que el hombre por circunstancias inconscientes que habrían de ser determinadas y estudiadas, rivaliza con la mujer porque de un modo inconsciente desearía ser como ella. Esta incapacidad por parte del hombre, le lleva a considerar a la mujer como un ser superior. Modelo de identificación inalcanzable que le genera como toda envidia, un sentimiento de agresividad y rebeldía hacia la mujer.
En la mujer, la rivalidad hacia el hombre suele estar determinada por varios aspectos. Uno de ellos es la envidia masculina, es decir,  hacia el hombre. Ella desearía haber sido un hombre por la existencia de factores inconscientes que habrían de ser determinados durante su desarrollo sexual y al no poder equivalarse  al hombre, entra en rivalidad directa con él. Tanto la rivalidad masculina como femenina, guarda relación en este caso, con un sentimiento de inferioridad infantil tanto en el hombre como en la mujer. dicho sentimiento hace que ella valora al hombre y quiera ser como él sin poder conseguirlo y al hombre le sucede lo mismo. Frente la mujer se siente inferior y al no poder ser como ella, quiere destruir o aniquilar la visión de la misma porque la presencia femenina activa el sentimiento de inferioridad en el hombre.
Se produce una lucha de “egos” donde ninguno de los dos puede aceptar el sexo que le corresponde con respecto al otro. Ambos tratan de imponerse al otro porque ninguno de los dos acepta la diferencia sexual con el otro. Son como dos parejas, una mujer masculina y un hombre femenino que no logran llegar a acuerdos simplemente por no aceptar la posición sexual que a cada uno con respecto al otro le toca tolerar.

Estas rivalidades necesitan con urgencia un psicoanálisis de la pareja, pues si no se resuelve esta inmadurez, terminará aniquilando a la pareja.