Las
investigaciones que ha llevado a cabo el psicoanálisis en los últimos cuarenta
años, muestra en multitud de parejas o personas que acuden a consulta por un
problema de infidelidad en la pareja que la infidelidad es producto del deseo
de dos. El hombre que le es infiel a la mujer es por un deseo de ella y la
mujer que le es infiel al hombre, es por un deseo de él. Semejante frase
provocará la ira en mas de una persona que lea esto pero si nos adentramos en
los mecanismos inconscientes de la personalidad, todo lo que sucede siempre es
motivado por la existencia de un deseo inconsciente. ¿Qué deseo inconsciente
puede haber en un hombre de ver a su mujer en brazos de otro y viceversa? Es
cierto que cuando la pareja entra en un desgaste tras años de convivencia o
bien el deseo ha desaparecido o mermado quedando una monótona presencia, una
infidelidad puede salvar a la pareja, en el sentido que tras una infidelidad,
siempre se reactiva el deseo de nuevo en la pareja. Es fácil escuchar que al
infiel no se le perdona y que se le castiga con no concederle mas favores
sexuales. Esto significa que la persona que ha producido la infidelidad es por
deseo de la otra. Esto reactiva el deseo, reactiva la pareja pero dependiendo
del grado de aceptación de “la infidelidad” se actúa o a favor de rescatar la
pareja o a favor de destruirla. Cuando una pareja, tras una infidelidad
conversan y hablan de los motivos por los cuales se llegó a la misma, siempre
sacan en claro la falta de deseo o la monotonía que la pareja ya padecía.
Digamos que ciertas infidelidades son un punto de inflexión para la pareja, es
decir, un modo de cerrar una etapa y abrir una nueva. Si la fidelidad es un
pacto, la infidelidad también lo es. Digamos que cuando la infidelidad es
pactada, es decir, se comete el acto infiel para ser descubierto, es para
salvar la pareja. Sin embargo, cuando la infidelidad se comete para no ser
descubierta, a la larga supone el enterramiento de la pareja, ya que no se
descubre porque se está construyendo por otro lado una nueva pareja, que cuando
medianamente se haya construido, se abandonará a la antigua pareja. Por lo
tanto, mejor que las infidelidades sean pactadas para comenzar a hablar del
desgaste del deseo en la pareja.
domingo, 27 de diciembre de 2015
domingo, 15 de noviembre de 2015
domingo, 1 de noviembre de 2015
QUÉ SUCEDE CUANDO SOLO ESCUCHAMOS LA VOZ DE LA MADRE
Es la primera voz que oímos. Las primeras palabras, la ideología vienen de la voz de la madre. A través de ella el ser humano aprende a hablar, a escuchar, a andar, a comer. ¿Hay acaso voz más importante para un niño que la voz de la madre? Esa voz constituye al niño primordialmente hasta que otras voces entran entre el niño y la madre. Voz del padre y del mundo para que el niño tenga en su mente algo más que la voz de la madre. Ella ejerce un poder sobre el niño, que ella sabe. Si no deja que otras voces entren, el niño sólo escuchará su voz. Voces del exterior que no son la voz interna de ella. Voces necesarias para el enriquecimiento del niño para no agotarse en las mismas frases, las mismas palabras durante toda su vida, para que su inteligencia sea algo más que la voz materna. El adolescente, el hombre joven y el hombre maduro, compara toda frase o pensamiento externo con la voz inconsciente de la madre. Hay siempre una comparación entre lo nuevo con lo escuchado o conocido de ella. Y dependiendo cómo halla sido la incorporación de la voz del padre ( sería lo mismo decir cualquier voz que venga del mundo ) escucharemos al mundo, creceremos. Dejaremos que otros pensamientos enriquezcan nuestro psiquismo. Hemos estudiado que toda dificultad al crecimiento del adulto o toda detención en el aprendizaje del niño tiene que ver con no poder incorporar, incluir, sumar otras voces y ello es debido a un sometimiento a una única voz: la materna. Aquello que rechazamos, que no podemos incluir como diferente a nuestra manera de pensar, debe pensarse desde el sometimiento a una sola voz interna.Cuando el ser humano tiene inseguridad, falta de autoestima, incapacidad para afrontar nuevas tareas, problemas en la comunicación con la pareja o el mundo, es porque no puede incluir otras voces. No puede dejar de oír la voz interna de una madre que firmó con la supuesta verdad de su palabra, la sentencia de muerte de su hijo.
domingo, 25 de octubre de 2015
domingo, 18 de octubre de 2015
¿QUÉ ES UN PADRE? (3ª parte)
El respeto y el temor al
padre posicionan al niño y a la niña frente a la función de la virilidad. Una posición
paterna excesivamente permisiva o pasiva
puede impulsar a que los hijos inclinen
sus preferencias sexuales hacia una elección de objeto homosexual.
Las mujeres casadas en segundas nupcias con hijos de una primera
relación pueden tener, a veces, problemas para tolerar las intervenciones de
su nueva pareja sobre ellos. El padre,
independientemente de que sea o no sea el padre biológico, es mas
una función que una figura física. Por tanto, da igual quien la
ocupe siempre y cuando esté bien llevada a cabo. De hecho, muchos niños consideran a su segundo padre mejor que al primero, lo que tiene que ver
con la credibilidad que la madre le otorgue en su nuevo cometido. Si ella lo acepta y lo asume como tal , el niño también lo aceptará.
Las funciones que el padre
ejerce tienen que ver con la
introducción de la Ley y con el amor a
lo social. Su tardía aparición lleva al
niño a darse cuenta de que el amor de la madre, en realidad, es el
padre y que él procede de la unión de
ambos. El amor, tanto materno como paterno,
tiene como significado la generosidad y representa para el
hijo un DON DE AMOR.
Un padre ama
a su hijo de manera incondicional, sin
pedirle nada a cambio y sólo quiere para él
que se desarrolle como ser
humano. Por eso, lo único que se puede hacer por el padre es
amarlo.
En algunas circunstancias, puede ocurrir que encontremos
mujeres que les impidan situarse adecuadamente en su
función de padre. Es el caso de las
llamadas MADRES OPACAS que se
interponen para no dejar pasar a través de ellas, la palabra del padre
al niño. Son madres auténticamente
neuróticas que solo viven para sus hijos sin importarles para nada el resto del mundo. Nunca dejan intervenir al padre en las
actividades educativas y si lo hacen, se toman el cuidado de anular, despreciar o desprestigiar sus opiniones ante el hijo y la sociedad.
En contraposición, la variante sana serían las llamadas MADRES TRANSPARENTES, mujeres que valoran y respetan la figura paterna y permiten el necesario pase de la Ley del Padre.
Cuando en el niño no se ha
instalado adecuadamente la función paterna, debido a una posición desvalorizada
del padre o a la intervención de una madre opaca, aparecerán importantes trastornos psíquicos
durante su desarrollo emocional e
intelectual que afectarán gravemente a su futuro.
Que la función del padre no exista , equivale a decir: “
Si Dios no existe, entonces todo está
permitido “. ( Los Hermanos Karamázov. F. Dostoievski. )
domingo, 4 de octubre de 2015
domingo, 20 de septiembre de 2015
¿QUÉ ES UN PADRE? (2)
No debemos confundir al padre simbólico - lo que el niño cree que
es un padre - con el
padre real - el hombre con el que
convive él y su madre .
Su modo de intervenir debe ser
mediante la palabra, única forma
efectiva de educar y de prohibir.
El fundamento sobre el que se asienta el respeto al padre está muy cercano a la
noción del temor a Dios. Temer
al padre no es lo mismo que tenerle terror. El miedo – a perder su
amor - es necesario para que, en el niño se establezca el respeto a las
normas y al orden para que esto
suceda, el padre también debe estar sujeto a la Ley .
El padre debe ser tolerante pero no permisivo con las
transgresiones infantiles. Debe ser justo y
señalar el límite entre lo que
está bien y lo que está mal. Cuando el
padre marca o actúa ante un
comportamiento no pertinente del
niño, LA MADRE NO DEBE INTERVENIR BAJO
NINGUN CONCEPTO. Siempre es
preferible que le muestre algo de miedo - aunque pueda parecer un
poco excesivo- que una falta de respeto
y credibilidad ante una prohibición
efectiva.
Algunas
madres discuten continuamente lo que es
o no es justo con respecto al modo en
que el padre lleva adelante la educación de
sus hijos. Eso va a depender del concepto de padre que, como hija,
haya construido la propia madre.
Si piensa que fue injustamente corregida por él, podemos asegurar - salvo que encuentre
un hombre con el concepto de
padre como portador de la Ley muy bien
instalado – que no aceptará ninguna intervención en materia educativa sin cuestionarla por
parte del padre de su hijo.
En cambio,
si tuvo un padre muy permisivo, lo más
probable es que tienda a no tomar en consideración las enseñanzas que el padre
intente impartir en dicho proceso.
Lejos de lo que habitualmente se cree, no es
contraproducente para el niño sentir
cierto temor al padre pues eso será la base del futuro respeto a la
sociedad y a sus miembros.
El
respeto al padre es el fundamento sobre el cual se va a desarrollar el sentimiento
de la propia seguridad personal.
Al contrario de lo que muchos
piensan, debemos señalar que el temor al
padre no es causa de ningún
trauma infantil ni produce inseguridad
alguna. Mas bien, las inseguridades
se generan cuando todo le está
permitido al niño.
La
experiencia nos enseña que cuando la familia
permite o da por bueno cualquier comportamiento de uno de sus
integrantes, esta falsa seguridad creada dentro del hogar va a chocar, tarde o temprano, con lo que se espera de él cuando sale al mundo exterior. La realidad termina
por poner las cosas en su sitio, porque
muestra que NO TODO está permitido y que
las normas sociales existen para el buen funcionamiento del mundo.
Por regla general, los
niños muy caprichosos o excesivamente
consentidos durante la infancia
son los que mas sufren a la hora de
la adolescencia y en la vida adulta. Son niños educados por
padres que no les han impuesto un
límite. Han recibido - material y
afectivamente – en demasía y les han sido permitidas todas sus actitudes y
conductas. Al crecer y verse obligados a salir de este ámbito, el choque
es brutal cuando comprenden que el mundo
NO ES TAN GENEROSO como su familia y que en la vida real, conseguir las cosas
necesarias y el respeto de las personas, requiere un
trabajo continuo, algo a lo que no estaban acostumbrados dentro de su entorno. Por todo lo cual, su nivel de frustración y de infelicidad se
acentuará con el paso de los años.
Al revés de lo que
pensamos: si al niño se le enseña a aprender
a tolerar las frustraciones materiales y afectivas que se generan
en todo proceso educativo, se hará
mas precavido y respetuoso cuando crezca
y tenga que enfrentarse a las diversas
situaciones que la propia vida le vaya deparando. (CONTINUARÁ)
domingo, 30 de agosto de 2015
¿QUÉ ES UN PADRE?
La experiencia nos muestra que si no hubiera algo o alguien que
separara a la madre del niño, la unión de ambos duraría más tiempo del
conveniente para ambos. La madre no desea separarse del hijo ni el hijo de la
madre y la separación solo se producirá
si se dan ciertas condiciones procedentes del exterior. Para el niño
pequeño, la madre es la imagen de si mismo, es decir, siempre que mira al
frente, la ve a ella. Esto es así hasta que no aparece lo que vamos a llamar EL
TERCERO y será todo lo que desvía la
atención de la madre hacia su hijo. Esto permite que el niño se de cuenta que a
parte de él, hay otras cosas o personas hacia los cuales, la madre muestra su
atención y deseo, pudiendo ser desde una llamada telefónica, ir al trabajo o la figura del padre.
El padre viene a interrumpir dicha unión , siendo necesaria su presencia para que ese ser único – que es el niño con
la madre- se divida en dos y el niño distinga a la madre de él mismo.
Para que existan el dos
tiene que haber tres. Es el número tres
– el padre- el que otorga la existencia al número dos, es decir, el tercero
viene a diferenciar y a distinguir al niño de la madre.
Muchos problemas de pareja surgen con la llegada del primer hijo
debido a que, lo único que la mujer
deseaba del hombre, era ser madre
y cuando su deseo se ve cumplido, aquel
pasa a un segundo plano en la relación madre- hijo. Ella no está
dispuesta a compartir a su hijo porque piensa que es de su pertenencia y el padre-marido-pareja se convierte en un
obstáculo molesto, con el que
acaba, por lo general, por romper , una vez alcanzado su objetivo.
Pero ¿ qué es un padre? . Ser
padre es acceder a un lugar, a una posición desde la cual va a ejercer una función: LA FUNCION PATERNA.
Para todo hombre, alcanzar dicha posición tiene que ver con la
transmisión inconsciente de una función que va a depender del modo en
que su propio padre la ocupó, a su vez, para él.
La función paterna consiste en trasmitir que hay Ley.
El padre debe enseñar al hijo las normas sociales : lo que es bueno y lo que es malo, lo que está
prohibido y lo que está permitido. Pero
sobre todo, que la madre le está prohibida como objeto de sus deseos sexuales.
Tanto la ideología materna
como la paterna se trasmiten
de generación en generación y guardan
relación con la función padre y
la función madre en ambos sexos.
Cuando un padre no es capaz
de llevar a cabo su función
correctamente, decimos que es UN
PADRE DESVALORIZADO para el hijo.
Cuando a sus hijos les
corresponda esa tarea, mal
transmitida, posiblemente lo harán
, a su vez, de forma fragmentada e incompleta. Esto es lo
que denominamos HERENCIA PSÍQUICA
GENERACIONAL DE UN PADRE
El Padre es una realidad
sagrada en sí misma, más espiritual que de cualquier otra índole. Al Padre solo se le puede amar porque es quien
trasmite el orden familiar y social, ya que prohíbe al hijo a la madre como
objeto de sus deseos sexuales.
El equilibrio emocional
y educacional que los hijos muestran en la realidad es efecto indicativo de que el padre ha
ejercido correctamente su función.
Como viene de la mano de la aceptación de que madre y niño son
dos, deducimos que hubo de haber presencia de la figura paterna.
La mayoría de los trastornos emocionales y de conducta infantiles tienen que ver con alguna complicación en este proceso. Un
niño puede tener un padre real y sin
embargo, dificultades para
simbolizarlo.
En la mayoría de los
niños rebeldes y problemáticos, encontramos
que algo relacionado con la función paterna todavía no está instalado en su psiquismo. La
causa puede deberse a un padre débil que no logra posicionarse debidamente
en su función o a una madre que eclipsa
y anula dicha figura.
Para un niño ¿ qué es un padre.? En primer
lugar, un rival molesto que viene a
interrumpir esa unión perfecta que tiene
con su madre y por tanto, el primer desencadenante de sus celos.
En segundo lugar y por definición,
es un acto de fe . El niño debe creer a su madre cuando le dice que ese hombre es su padre. Así
como nunca tuvo dudas acerca de quien es ella; que su padre lo sea es un convencimiento al que va a acceder solo si verdaderamente la cree; por
tanto un padre siempre es una cuestión de creencia y fe en
la palabra de la madre.
Quiere esto decir, que si la madre lo mira con amor y lo tiene en cuenta en los pequeños
actos de la vida cotidiana no va a haber dudas
pero si lo hace con recelo, con
desconfianza o asco, el niño va a tener sospechas al respecto.
Las dudas
neuróticas sobre si el padre que se dice
tal, es el padre auténtico surgen, cuando la relación entre los progenitores no es del
todo armoniosa. Cada vez que la madre,
delante del niño, le discute o le quita
la autoridad al padre, este va a quedar
cuestionado. Por consiguiente, si una
mujer tiene problemas con su pareja, en mas de una ocasión, va a surgir
en ella la tendencia inconsciente a despreciarlo, censurarlo y anularlo
frente al hijo, lo que va a ser aprovechado para confirmar la hipótesis de que “ ese
rival tan molesto, al que tan poco
quiere mi madre, no puede ser mi padre “.
El padre es el eslabón necesario que regula la relación del niño
con la madre.
El padre existe solo si la madre lo autoriza a
existir como tal. La figura del padre biológico
no se corresponde con el padre simbólico. El padre es, por tanto,
una construcción a la que se llega a través de la palabra de la madre, que es
quien le reconoce su
autoridad, su valor y su crédito
frente al niño. Por eso, cuando lo
desprecia o lo desvaloriza , podemos
asegurar que “ el padre cae “, es decir,
que el niño se queda sin representación
psíquica de la figura paterna, aunque lo
tenga sentado a su lado. ( continuará )
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