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domingo, 8 de marzo de 2015

CASO CRISIS PAREJA

“Tenemos casi cuarenta años los dos, una hija de 13 años. Nos conocemos desde hace veinte años, ni yo he conocido otra mujer, ni ella otro hombre. Hemos tenido nuestras discusiones como cualquier pareja pero desde dos años para acá, cada vez son mayores las discusiones, los reproches. Cualquier tontería o chorrada sirve para discutir. La niña ya está cansada de las discusiones, dice, que nos separemos. El caso es que nos queremos mucho pero ni ella ni yo sabemos hablar ni decirnos las cosas. Y acabamos levantando la voz. Ella dice que yo quiero llevar siempre la razón pero el caso es que al final ella termina haciendo lo que le da la gana. Y esto es lo que nos pasa.”

Esta pareja llegó hace dos meses a terapia de pareja con psicoanálisis. La mujer quiere salir con otras personas pero esto a él no le gusta porque choca siempre por su manera de ser. Al final, ella termina saliendo sola con algunas amigas pero al volver a casa, todo son malas caras y ataques de celos por parte del marido que dice sentirse abandonado y poco querido por ella. Hay una demanda infantil por su parte hacia la mujer que representa la figura materna aunque él no lo sabe. En los años de relación y por la manera que tienen de discutir y decirse las cosas, se puede ver una inmadurez sexual en ambos que no ha evolucionado con los años. Lo que ahora tendría que ser una posición social más fuerte en la pareja, es lo contrario. Son dos adolescentes que no se ponen de acuerdo y tratan de imponerse continuamente al otro, en lugar de pactar, tener acuerdos. El hombre refiere que nunca tuvo cariño de su madre, mujer fría y distante que terminó muriendo de un cáncer. Hecho que a él le afectó mucho durante la adolescencia. Al mes de morir la madre, comenzó a salir con la que ahora es su pareja. Dice que algo no llegó a concluir en la relación con su madre, “como que faltó algo”. Y hay una añoranza que no ha podido elaborar sin que él sepa que padece los efectos infantiles de un amor no correspondido, es decir, el amor de su madre. Porque la demanda infantil o el modo de sentirse con su pareja, no deja de ser llamativo y hasta exagerado. Un hombre de casi cuarenta años, donde la ausencia por una horas de su mujer le hace “venirse abajo” muestra esta característica infantil de su personalidad. La idea de verse con otras personas le produce rechazo ya que no tolera compartir ni el tiempo, ni el espacio con su mujer, con otras personas. Dice “ es que antes íbamos juntos a todos los lados y no necesitábamos de nadie”. La mujer, dice que las cosas cambian pero él insiste que quiere que sea como antes. Próximamente incorporaré el testimonio de ella para ver, cómo es su comportamiento en la relación con él. (continuará)

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