Una de las causas mas
frecuentes por las cuales una pareja consulta a un psicoanalista, suele ser por
la decadencia del deseo a lo largo de la relación. La pareja comenta que tras
conocerse, la pasión, el deseo sexual y el interés por estar juntos eran alicientes
para seguir juntos, sin embargo tras un tiempo de relación, la pasión y el
deseo han decaído y ahora, aunque sienten que hay amor y cariño, hay ausencia
de pasión y deseo. Esto hace que la vida de la pareja se vuelva monótona y
ambos comiencen a plantearse bien interrumpir la relación o estando juntos, se
cae en la infidelidad encubierta. Analizando las causas de este tipo de
“fracaso”, observamos que la mayoría de las veces, la pareja dice haberse
convertido en buenos amigos o “como si fueran hermanos”. Este amor fraternal ha
sustituido al deseo, en el sentido que la pareja, ahora se quieren pero no
logran encontrar ni el deseo ni la pasión que antes sentían. Podemos decir que
el sentimiento cariñoso existente ha terminado con el deseo. La mujer de modo
inconsciente ha ocupado un rol familiar para el hombre o bien es el hombre
quien ha ocupado también un rol familiar con respecto a la mujer. Si analizamos
dichos roles observamos que ambos aman al otro como si se amaran a sí mismos.
La mujer ama al hombre como se amaría a ella misma y el hombre ama a la mujer
como si se amara a sí mismo. Este tipo de “proyección en espejo” muestra que
cuando la pareja ha caído de modo inconsciente hacia una relación de espejo, el
amor hacia el otro no deja de ser un modo de amarse hacia uno mismo pero el
deseo hacia el otro desaparece porque al amar al otro como me amo a mí mismo,
no hay posibilidad entonces de desear al otro porque supondría desearse a sí
mismo. Esta complejidad teórica que la observamos con mucha frecuencia en la
práctica clínica, permite ver que cuando en la pareja, el deseo o la pasión
desaparece es porque el “amor al otro” satisface dicha pasión inconsciente
personal. Sabiendo que a través del otro me amo a mí mismo, no tengo necesidad
de desear al otro, ni tampoco necesito que el otro me ame.
El tratamiento
psicoanalítico consiste en estos casos en disolver dicha relación de espejo y
producir un amor del hombre hacia la mujer o de la mujer al hombre que tenga
más que ver con el otro que con uno mismo. El amor y el deseo, una vez llevado
a cabo la terapia psicoanalítica permite que vayan de la mano porque el deseo,
sería un deseo del otro. Quiere esto decir que deseando que el otro me ame,
deseo su deseo, por lo tanto, la pareja volvería a encontrar la pasión y el
deseo con respecto al otro.
Miguel Martínez. Médico
Psicoanalista. Terapeuta de pareja. Tfno. 667.518.809.
No hay comentarios:
Publicar un comentario