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jueves, 31 de marzo de 2011

EL GOCE SEXUAL SIEMPRE EXISTE

La diferencia del hombre con los animales, es que ha hecho de los organos de reprodución, órganos de goce. La sexualidad tal como la entendemos las personas, tiene que ver no sólo con la genitalidad, sino con el modo de comunicación, aceptación, rechazo y atracción del otro. La genitalidad, está tocada por cuestiones psicológicas, de manera que cualquier malestar, dentro de la psiquis, tiene una repercusión en lo sexual-genital. En el caso de la pareja, la sexualidad puede llegar a asustar. De hecho, la mayoría de las parejas tienen algún tipo de trastorno en la sexualidad por la existencia de cuestiones morales en torno a la misma. La educación sexual sigue los patrones familiares, de manera que hay algo en el hombre y en la mujer heredado de la figura de los padres, que guarda mas relación con la concepción del goce que con aspectos propiamente de las prácticas sexuales. Tal es así que se puede gozar de un desprecio, de un coitos interruptus, de una eyaculación precoz y hasta de una impotencia. Los síntomas sexuales, así como las alteraciones de la misma, inconscientemente, son satisfacciones de deseos. El psicoanálisis viene a demostrar que todo hombre, toda mujer padece de doble personalidad: la consciente y la inconsciente. Esto es así, que tanto el hombre como la mujer, son otros. Una mujer es varias y un hombre siempre es varios. Cuando un hombre y una mujer mantienen algún tipo de relación, acontece una conjugación o una nueva combinación de esos hombres y esas mujeres que hay dentro de él y de ella. Y la combinación aunque no funcione la relación, siempre es exacta y precisa, porque lo que da placer a nivel inconsciente, puede ser causa de displacer y malestar a nivel consciente. Tal es así que una pareja goza no solo de los triunfos, sino también de los fracasos. Las disfunciones sexuales tienen un origen inconsciente y pueden quedar encumbradas o disfrazadas por las manifestaciones tiernas del amor. Una mujer puede estar insatisfecha sexualmente y compensarlo por la tierna predisposción de su pareja a amarla. Amor y sexo, se parecen y de ahí la confusión pero también es una compensación ante la carencia o falta de uno de ellos. No existen las relaciones perfectas. Los exitos y los fracasos dentro de las relaciones de pareja son atribución a la incapacidad de aceptar que el ser humano, goza hasta cuando sufre ya que por todos son bien sabidas las misteriosas tendencias masoquistas propias del alma humana. Solo el psicoanálisis trae luz a los problemas de pareja, pues lo que son manifestación de síntomas a nivel consciente, son la satisfacción de ciertos deseos a nivel inconsciente.

domingo, 6 de marzo de 2011

EL ORIGEN DE LA SEXUALIDAD FEMENINA

Freud, ya habla que el niño y la niña, pasan por una fase de identificación a la figura del padre y de la madre. En esa etapa, ocurre la llamada fase del espejo, en la cual el niño ve en la figuras de los padre un modelo a los cuales identificarse. Este estadio, es fundamental para la constitución sexual del niño, porque según el modelo de identificación que se halla producido en él, así será el modo en que vivirá y se relacionará de adulto con el resto de hombres y mujeres. La mujer pasa en primer lugar por una fase de identificación hacia la figura de la madre. En dicha identificacion, no solo quiere ser como ella sino que también desea el objeto de amor de la madre: el padre. Esto la hará rivalizar con ella por el amor y el cariño del padre. Si una niña no logra superar este complejo de rivalidad hacia la madre, en el futuro, nos encontraremos a mujeres que de continuo se están peleando con la madre y la relación siempre es tensa y mala. La causa es una rivalidad no resuelta porque inconscientemente, este tipo de mujeres, siguen amando al padre, de manera que la madre no deja de ser un obstáculo hacia la consecución de su objetivo infantil: conseguir la totalidad del amor del padre.La niña, mas tarde pasa por una fase de enamoramiento hacia el padre, de manera que su deseo queda erotizado por la figura del padre y en su inconsciente, desea tener un hijo con el padre. La no consecución de su deseo, la hace sufrir una enorme decepción y frente a la misma, solo tiene tres opciones: a) volcar su libido sexual hacia los hombres, b) refugiarse en la soledad - de manera que frente a los padres perdura un odio inconsciente para siempre, que se manifiesta en la frase: mis padres nunca me quisieron-, y c) volver de nuevo a la rivalidad con la madre y en su inconsciente seguir amando a su padre. Esta última opción es el origen de la homosexualidad femenina. Toda mujer pasa por ese complejo sistema de identificaciones hacia las figuras parentales, de ahí que la sexualidad femenina en la mujer adulta, constituya un enigma hasta para la propia mujer.

martes, 1 de marzo de 2011

HOMBRES DEPENDIENTES DE SU PAREJA

Muchos de los enigmas dentro del mundo de la pareja es aquel por el cual el hombre se vuelve celoso y extremadamente dependiente de la mujer. Sigmund Freud, comenta que ello es debido a la fascinación y a la sobrestimación de la mujer amada o deseada. Esta idealización hace que el hombre quede en una posición inferior, de manera que acaba sintiendo a la mujer superior a él y de ahí, el origen de los celos y del sentimiento de inferioridad.


Este tipo de hombres, tienden a compararse contínuamente con la mujer. Es fácil descubrir la existencia en estos hombres de una " envidia femenina" llegando a pensar que la mujer goza de mas privilegios que el hombre y de ahí, el origen de su envidia. ¿ Por qué un hombre puede llegar a envidiar a una mujer? ¿ Por qué estos hombre rivalizan con la mujer y tratan de ser como ella?. El origen de este sentimiento de inferioridad masculina tiene su origen en la antigua relación del niño con la madre. Este tipo de hombres han tenido, por lo general, madres fuertes, seguras, capaces de todo y fuertemente castrantes, de manera que la opinión del niño, frente a la madre, carecía de poco valor. Estos " hombres castrados " se sienten de menos y acaban valorando y colocando a la figura de la madre en una posición superior. Luego de adultos, con su pareja, acaban haciendo lo mismo. Confunden a la mujer real con la mujer imaginada y mantienen con la mujer la misma relación que mantuvieron con su madre: excesiva dependencia, sobrestimación y fascinación, pero pagando un precio: quedan anulados como hombres y frente a la mujer son hombres hechos a medias, celosos y envidiosos de la figura femenina.