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domingo, 29 de marzo de 2015

POR QUÉ LOS HOMBRES MALTRATAN A LAS MUJERES (1ªparte )

POR QUÉ LOS HOMBRES MALTRATAN A LAS MUJERES (1ª parte)

A nivel general, existen dos tipos de maltratadores, hombres que en la relación de pareja se hacen maltratadores con el tiempo y hombres que desde un inicio ya lo eran.
En el primer caso, el perfil de hombre es un hombre normal, que comienza queriendo a la mujer pero según pasa el tiempo empieza a mostrar una hostilidad hacia ella con enfados, reproches y desconfianzas que se incrementan hasta el punto de mermar la autoestima de la mujer, convirtiéndola en una mujer sin palabras y sin capacidad de decidir. La primera pregunta que nos surge, es porqué la mujer observando este tipo de conductas en el hombre, cede y cede hasta acabar sometida. La respuesta hay que buscarla en el amor que ella siente por él. Son mujeres que se casan enamoradas y cuando comienzan a ver en su pareja los primeros síntomas de maltrato, ellas piensan que su amor hacia ellos, podrán cambiarlos. Y mas lejos de la realidad. La mujer aún portándose amorosamente con el hombre, el incremento del maltrato aumenta. Llega un momento que ella se somete a él bien por no romper el matrimonio, bien porque le quiere, bien porque no tiene medios económicos y el maltratador aprovecha esta ventaja de él sobre ella para seguir maltratándola. En este tipo de hombres, podemos ver que cuando ella le amenaza con la separación, el hombre termina derrumbándose y pidiéndola perdón prometiéndola que no volverá a hacerlo. Durante un tiempo que llamamos “luna de miel”, la respeta, la vuelve a tratar de manera normal, hasta que el ciclo se repite y vuelve a maltratarla.

Las causas siempre hay que buscarlas en la parte inconsciente del hombre, en su desarrollo sexual infantil y en la manera en que solucionó su complejo de Edipo, es decir, la fase de enamoramiento y decepción de la madre. Este tipo de hombres, son hombres que de niños tuvieron una fuerte decepción cuando descubrieron que la madre mantenía relaciones no solo amorosas con el padre, sino sexuales. Esta decepción seguida del sentimiento de rabia provocado por los celos, sumió al hombre en un terrible sentimiento de abandono que NUNCA PERDONÓ A SU MADRE. Hemos de resaltar que este sentimiento pudo quedar y de hecho la mayoría de las veces queda reprimido, siendo así que el hombre no tiene conciencia de ello y por lo general, este tipo de maltratadores suelen tener una buena relación con la madre pero la mala relación inconsciente, la decepción vivida, el sentimiento de infidelidad y abandono que en ellos se produjo quedó fuertemente reprimido y ahora con su pareja o su mujer repiten, desplazando y reproduciendo lo que no pueden recordar: el odio, la rabia y la frustración que sintieron por su madre. Según la cuantía de este sentimiento de abandono, así será el grado maltrato del hombre hacia la mujer. De lo que si estamos totalmente seguros es que el hombre repite una y otra vez la mala relación que a nivel inconsciente quedó reprimida con la madre. El psicoanálisis puede modificar y cambiar este tipo de comportamientos en el hombre y hacer de ellos hombres que lejos de odiar y despreciar a la mujer, la puedan amar, sin que el recuerdo de su madre, les nuble la razón y les pudra el corazón. ( continuará)

jueves, 26 de marzo de 2015

CASO CLINICO DUDAS SOBRE MI MUJER ( 2ª parte )

La pareja sigue en tratamiento. Ella decide enfrentarse a sus fantasmas y fantasías y dejar de huir. accede a quedar con el profesor de salsa y cuando ambos se encuentran en la casa de él, ella se da cuenta que no es sexo lo que quiere con él ni él con ella. Hay un sentimiento hermosos entre los dos que gustan de gustarse pero ella ha reconocido que ese hombre le atrae por su manera de ser y prefiere una relación idealizada que perder la ilusión de tener a alguien en su mente que le ayuda a sentirse mejor en su día a día. Ella se ha dado cuenta que estar enamorada le hace bien a su vida de pareja. No considera que esto sea infidelidad y aunque la moral educativa de su familia se le impone permanentemente, considera que puede querer de forma distinta a dos hombres. En algunos momentos tiene dudas si esto está bien o mal y sobre todo porque su marido o sabe que ella ama al otro hombre en secreto. La mujer reconoce que las relaciones sexuales han mejorado porque la idea del otro en su mente hace que el deseo hacia el profesor, se haya canalizado hacia su marido. Por algunos momentos tiene ataques de culpa puritana pero los desecha y después de la experiencia de haber abandonado ese espacio donde ella se sentía mas mujer, considera que haberlo recuperado la ayuda a vivir. 
En este caso hemos comprobado que la salida a esta crisis de pareja ha sido la aceptación de un amor y un deseo a un tercero sin necesidad de traspasar ciertos límites que la moral de ella le impone. Traspasarlos hubiera sido posiblemente haber perdido a los dos hombres por el sentimiento de culpa que le habría entrado. Ella está trabajando dicha aceptación en su vida de dos hombres a los cuales ama de manera diferente y su marido, al verla mas feliz y mas sexual no pregunta, simplemente acepta que ella se siente mejor. Le vienen ataques de celos pero comienza a tolerar que sabiendo si saber que sabe, la felicidad entre ellos, tiene relación con un tercero. 
Analizaremos mas adelante una cuestión y que fue la que ella fue empujada inconscientemente por el marido a la infidelidad. El psicoanálisis comienza a ver que el deseo de que ella fuera infiel siempre fue mas del marido que de ella. Lo seguiremos analizando. (Continuará)

domingo, 8 de marzo de 2015

CASO CRISIS PAREJA

“Tenemos casi cuarenta años los dos, una hija de 13 años. Nos conocemos desde hace veinte años, ni yo he conocido otra mujer, ni ella otro hombre. Hemos tenido nuestras discusiones como cualquier pareja pero desde dos años para acá, cada vez son mayores las discusiones, los reproches. Cualquier tontería o chorrada sirve para discutir. La niña ya está cansada de las discusiones, dice, que nos separemos. El caso es que nos queremos mucho pero ni ella ni yo sabemos hablar ni decirnos las cosas. Y acabamos levantando la voz. Ella dice que yo quiero llevar siempre la razón pero el caso es que al final ella termina haciendo lo que le da la gana. Y esto es lo que nos pasa.”

Esta pareja llegó hace dos meses a terapia de pareja con psicoanálisis. La mujer quiere salir con otras personas pero esto a él no le gusta porque choca siempre por su manera de ser. Al final, ella termina saliendo sola con algunas amigas pero al volver a casa, todo son malas caras y ataques de celos por parte del marido que dice sentirse abandonado y poco querido por ella. Hay una demanda infantil por su parte hacia la mujer que representa la figura materna aunque él no lo sabe. En los años de relación y por la manera que tienen de discutir y decirse las cosas, se puede ver una inmadurez sexual en ambos que no ha evolucionado con los años. Lo que ahora tendría que ser una posición social más fuerte en la pareja, es lo contrario. Son dos adolescentes que no se ponen de acuerdo y tratan de imponerse continuamente al otro, en lugar de pactar, tener acuerdos. El hombre refiere que nunca tuvo cariño de su madre, mujer fría y distante que terminó muriendo de un cáncer. Hecho que a él le afectó mucho durante la adolescencia. Al mes de morir la madre, comenzó a salir con la que ahora es su pareja. Dice que algo no llegó a concluir en la relación con su madre, “como que faltó algo”. Y hay una añoranza que no ha podido elaborar sin que él sepa que padece los efectos infantiles de un amor no correspondido, es decir, el amor de su madre. Porque la demanda infantil o el modo de sentirse con su pareja, no deja de ser llamativo y hasta exagerado. Un hombre de casi cuarenta años, donde la ausencia por una horas de su mujer le hace “venirse abajo” muestra esta característica infantil de su personalidad. La idea de verse con otras personas le produce rechazo ya que no tolera compartir ni el tiempo, ni el espacio con su mujer, con otras personas. Dice “ es que antes íbamos juntos a todos los lados y no necesitábamos de nadie”. La mujer, dice que las cosas cambian pero él insiste que quiere que sea como antes. Próximamente incorporaré el testimonio de ella para ver, cómo es su comportamiento en la relación con él. (continuará)

domingo, 1 de marzo de 2015

Caso Clínico. ¿Se puede vivir sin deseo en una pareja?



  Desde hace seis meses acude una pareja a tratamiento porque según refieren, están todo el dia discutiendo, han dejado de tener relaciones sexuales desde hace un año y continuamente se reprochan actitudes y comportamiento que tienen que ver con el pasado. Ella dice que antes cedía a todo lo que él proponía y así han logrado estar juntos treinta años, pero desde un año hacia acá su actitud ha cambiado y dice que ya no le dice a todo que sí. El marido comenta que no comprende ese rechazo que siente la mujer hacia él, porque todo son reproches: que si no me cuidas, no haces nada en la casa por ayudarme, me molesta cuando bajas a beber al bar, no quiero dormir a su lado y que me toque… Ninguno de los dos quiere separarse porque dicen de quererse pero esta pelea continua que ambos reconocen que comienza ella y que él la continua, les está desgastando mucho. El hombre comenta que la actitud de ella le produce cada vez mas rechazo y ya ha dejado de desearla. Ella directamente dice que no lo desea y que le da “asco” la idea de acostarse con él. ¿Qué le sucede a esta pareja? El caso, mas frecuente de lo que podemos pensar, tiene relación con la pérdida del deseo pero no del amor. Esta pareja se quieren pero el deseo ya no es el mismo. La pregunta que se le hace es si ¿están dispuesto a aceptar vivir con amor pero sin deseo.?. ¿Puede una pareja vivir queriéndose pero no deseándose? Este planteamiento es el que actualmente esta pareja está debatiendo. El problema surge cuando ambos mejoran, ya que las dos veces que se han relajado, el marido  tuvo intentos de acercamiento sexual a ella que ha rechazado. De aquí pudimos deducir que las peleas continuas son para evitar cualquier intento de mejora que pueda producir una acercamiento sexual. Ahora mismo, ambos saben cual es el problema y están comenzando a trabajar la posibilidad de aceptar que hay amor en la pareja pero no deseo sexual por parte de ella. Porque el hombre se plantea qué hacer con sus deseos sexuales y por parte de ella, la idea de no volver a tener relaciones sexuales con él no parece afectarle. ( Continuará )