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domingo, 20 de febrero de 2022

Una educación defectuosa produce defectos en la personalidad (2ª parte )

 Digamos que muchos padres tienen así mismo un egoísmo infantil, claramente neurótico, donde toman al hijo como una pertenencia sin pensar que ese niño se convertirá en un adulto y que tendrá su manera de pensar, decidir y que juzgará a sus padres por la educación que ha recibido de ellos. Esos padres defectuosos, que de manera inconsciente ligan a sus hijos mediante maniobras de amor y seducción sexual, terminan dañando lo que es el desarrollo emocional y sexual del menor. Padres con manifestaciones afectivas intensas, así como de comportamiento sexuales que no dejan de ser practicas perversas, terminan produciendo una detención en el desarrollo emocional y sexual de sus hijos debido a las intensas fijaciones que producen en ellos por su comportamiento educacional. 

¿Es una buena educación producir fijaciones afectivas y sexuales en los hijos solo por el sentimiento de pertenencia que muchos padres tienen sobre ellos? Es una crueldad, claramente grave deteriorar el desarrollo de un hijo simplemente por pesar sobre él un sentimiento de posesión. 

Estas fijaciones que los padres producen en sus hijos les pesará toda la vida, ya que una educación donde se pierden o diluyen ciertos límites morales, deteriora permanentemente la base de la personalidad y genera una fuente de conflictos internos de difícil solución.

Los padres piensan que todo aquello que el niño vive lo piensa como ellos y no es así ya que lo que para unos padres representa ciertas conductas educativas, el niño lo vive desde lo que su capacidad cognitiva le permite entender, siendo así que un comportamiento afectivo y sexual “sin importancia por parte los padres” hacia el niño, para este puede ser una fuente de conflictos internos que no logra entender y que le puede producir ansiedad, hiperactividad, angustia, miedo, fobias, dificultad para dormir, alteraciones en el hábito de comer, falta de control de esfínteres, llanto, llamadas de atención y muchos más síntomas que el niño expresa lo que la mayoría de las veces no puede expresar con palabras porque no lo comprende. 

Cuando los padres no manejan otras pautas pedagógicas ni entienden sobre la psicología de sus hijos y menos de sus comportamientos, lo que les lleva desafortunadamente a cometer uno de los mas graves errores educativos: el rechazo de las emociones y lo que pueden representar para el niño. 

Estas emociones rechazadas, para el niño serán fuente de conflicto por quedar inmersas en el inconsciente y a lo largo del proceso evolutivo se multiplican, crecen y se aglomeran y se origina una personalidad distinta cuyos pensamientos, deseos y fantasías entran en contradicción con las ideas y objetivos conscientes. 

Y lo que el  niño no comprendió y reprimió en su momento, tenderá luego  a expresarlo en sus comportamientos y que podrán ser de lo mas contradictorios y neuróticos.

 

 

domingo, 23 de enero de 2022

Suicidio Masculino ¿Por qué está aumentando?

 ANOTACIONES PARA ENTENDER EL AUMENTO DE LA TASA DE SUICIDIOS MASCULINOS

 

Las dificultades de los varones pueden ser atribuidas a la falta de “equipamiento” psíquico necesario para manejar su madurez física que no madurez sexual (definiendo como madurez sexual su madurez personal, donde lo sexual implica la forma de construir y manejar sus relaciones sociales, personales y laborales ) 

 

Cuando el hombre se siente abrumado e incluso desbordado por su sexualidad es porque se siente a merced de sus deseos y de impulsos infantiles que no puede satisfacer. De ahí que la falta de maduración en el hombre le lleva a soportar una pesada carga psicológica que no sabe como afrontar.

 

Las demandas sociales para el hombre le exigen una posición que abarca lo económico, la pareja y la familia. Digamos que existe una presión antes las exigencias sociales que la mayoría de las veces no puede abarcar, lo que le supone una enorme frustración que le puede provocar desde inhibiciones hasta una impotencia de verse incapaz de poder llevar a cabo lo que siente que tanto lo social como él mismo se exige. Mejor posición social, capacidad resolutiva para el amor, manejo de su función paterna si es que tiene hijos y conseguir una estabilidad en las relaciones de pareja que lejos de desequilibrarle, le de un equilibrio interno personal.

 

Sin embargo, desde hace casi dos década observo que el hombre actual no termina de madurar su sexualidad infantil, es decir, que carece de un conocimiento en profundidad de sus procesos mentales inconscientes que le hacen ser víctima de sus propios deseos e impulsos pero infantiles. Digamos que quiere poder abarcar mucho para lograr una felicidad en el trabajo y en sus relaciones personales pero con escasas herramientas psicológicas, ya que se ve incapaz de manejar sus emociones básicas infantiles, como son el miedo, la inseguridad, el narcisismo, su sadismo y su masoquismo. 

Desbordado por su propias emociones y sentimientos, el nivel de frustración es grande que le lleva a sentir una impotencia frente a una realidad que no puede manejar. Esto conlleva una ansiedad ante el futuro, que el paso del tiempo acentúa generando en su personalidad cambios de carácter que le llevan desde padecer una neurosis hasta desarrollar una enfermedad mental como es una depresión, que le puede llevar a la una melancolía e inducirle al suicidio. 

 

Esta incapacidad de abordar las exigencias de la realidad, reside en una educación deficiente de recursos psicológicos. Con esto quiero decir que al hombre no se le enseña ni se le dota de herramientas psicológicas necesarias para que cuando crezca aborde la realidad con fuerza y seguridad. 

 

No se trata de buscar culpables porque eso no va a modificar la situación que estamos viviendo actualmente. Se trata de comenzar a pensar un sistema educativo sano para que las personas maduren su sexualidad desde las etapas iniciales de su vida y aborden la vida sin temor y sin creer que el mundo es inaccesible. Haciéndoles comprender sus procesos mentales la posibilidad de enfermarse disminuye y la vida se puede abordar a pesar de las dificultades que cualquier vida puede tener. 

jueves, 6 de enero de 2022

Una educación defectuosa, produce defectos en la personalidad ( 1ª parte )

 A través de la práctica clínica, sobre los análisis efectuados en una variada y grande muestra de personas que acuden por problemas y/o trastornos psicológicos, puede convencerse a cualquiera que una EDUCACIÓN DEFECTUOSA, produce no solo defectos en el carácter de la personalidad, sino también enfermedades mentales y que la pedagogía actual tanto familiar como social es un auténtico caldo de cultivo de neurosis con potencial a desarrollar importantes desequilibrios en la personalidad. 

 

Muchos sufrimientos psíquicos del niño, adolescente y adulto pueden ser atribuidos a principios educativos dogmáticos, impropios, castrantes y perversos que bajo su acción producen una personalidad débil, desequilibrada y enfermiza, incapaz de hacer frente a la vida. 

 

La pregunta que se genera es ¿cual sería el medio menos lesivo para educar? y  ¿qué enseñanzas prácticas extraídas de la práctica clínica diaria podría extraer la pedagogía para que evolucionara hacia una educación basada en el autoconocimiento personal y fortalecimiento de las estructuras básicas de la personalidad?

La respuesta está en conocer cómo afecta al desarrollo del niño la influencia de los padres dentro de dicha estructura triangular: madre-niño-padre.

 

El nacimiento trae al bebe a una realidad marcada por el displacer, es decir, el recién nacido pasa de un medio natural que es el útero materno donde se encuentra protegido de todas las sensaciones displacenteras a un mundo externo fuente de displacer y malestar que origina lo que podemos llamar dolor. Las excitaciones que siente el bebe son las generadas por sus propias necesidades fisiológicas: hambre, sed, necesidad de reposo, frio, calor. Excitaciones todas ellas displacenteras que generan un malestar y que son calmadas por la figura materna o por aquella persona que haga dicha función. 

 

Digamos que la educación del niño pasa por la regulación de lo que llamamos el “narcisismo infantil”, es decir, el niño es pura demanda, es puro egoísmo y lo único que conoce son sus propias necesidades que pide y reclama que sean saciadas. 

En este tramo de la educación, donde la demanda del niño es puro egoísmo, entra en juego los padres y por lo tanto su personalidad. 

 

El niño si o si debe pasar por momentos educativos que regulen su narcisismo ya que si no, son los padres quienes construyen en torno a su hijo un universo irreal, de bienestar general ficticio porque el niño tendrá que ponerse al frente de la realidad y deberá integrarse en las estructuras sociales que le van por etapa correspondiendo.

 

En esto entra la significación de lo que es un hijo para unos padres y es aquí donde se observa que muchas de las carencias personales, la baja autoestima, la inseguridad de muchos padres, trata de ser resueltas con ese hijo, sin pensar que los hijos crecen y dependiendo de la fortaleza y seguridad que tengan, se enfrentarán al mundo de una manera mas o menos segura. (CONTINUARÁ)

 

 

domingo, 12 de septiembre de 2021

Parejas inmaduras que se pelean mucho ¿ por qué?

Cuando estudiamos las relación que tanto el niño con la niña tienen con sus padres, observamos que la relación emocional que se establece con ellos, tiene un fuerte componente sexual que hace que la fijación emocional sea mas intensa. Podemos verlo en el caso de los celos. Cuanto más ligada esté la niña sexualmente al padre asi como el niño a la madre, los celos de la niña a la madre y del niño al padre serán más intensos. Cuando la unión sexual a los padres no es tan fuerte, los celos del niño son sentidos con menos intensidad. Se observa por lo tanto en mujeres y hombres muy celosos que tuvieron un fuerte lazo sexual con algunos o ambos progenitores. Ya sabemos que los celos se origina en base al  sentimiento de posesión, de ahí observamos que cuanto mayor fue el sentimiento de posesión sobre los progenitores, más fuerte será el sentimiento de los celos. 

Observamos que estas uniones de característica sexual perduran en el adolescente y en el adulto sin apenas modificación alguna, de manera que los celos que aparecen en la pareja no dejan de ser manifestaciones de los celos infantiles. Existen celos motivados donde una parte de la pareja da suficientes motivos para despertar los celos en el otro pero la mayoría de las veces, los celos suelen ser imaginarios, hasta el punto que la persona celosa o mejor dicho el niño o la niña celosa, sus celos son motivados por su imaginación, es decir, la misma circunstancia de que pequeño le llevó a sentir celos hacia el padre o la madre. 

Cuando una pareja llega a consulta donde existen peleas continuas motivadas por los celos, descubrimos que existe un componente infantil que no ha madurado y que se manifiesta de la misma manera que en la lejana infancia. Esto nos lleva a descubrir que la mayoría de las parejas son niñas en cuerpo de mujer o niños en un cuerpo de hombre, pero en lo esencial, en lo básico son niños y niñas que todavía siguen sufriendo por lo mismo que sufrían de cuando pequeños en la relación con los padres. 

Sin embargo a nadie nos sorprende ni nos hace pensar en lo inmaduro de una pareja porque es algo que le pasa a la mayoría de los hombres y mujeres. Aspectos de su sexualidad infantil en relación a los padres que no ha madurado y que ahora en la actualidad desplazan en sus relaciones de pareja. 

Las parejas cuanto más pelean mas inmaduras son, lo que nos lleva a pensar que para entender los problemas de pareja primero debemos entender la sexualidad infantil que subyace en cada miembro de la misma. Sexualidad infantil que no deja de ser inmadura, de ahí que no hay nada más trágico cómico que observar con se tratan y cómo sufren las parejas. Sufren como los niños cuando de pequeños sufrían en la relación con sus padres. 

Sin un previo trabajo sobre dicha sexualidad infantil difícilmente se puede rescatar o reconstruir una relación de pareja. Cuanto mas inmadura, mas absurda es la relación de pareja y menos sentido tiene las peleas y las broncas, pero una vez que las analizamos desde la técnica psicoanalítica, comprobamos que la mayoría de las veces son niños que se reprochan lo mismo que en su infancia reprochaban a sus padres. 

lunes, 10 de mayo de 2021

¿Por qué sentimos angustia ante la realidad que estamos viviendo?

Uno de los estado anímicos más complejos por su estructura pero a la vez conocidos por todos, es el estado anímico o sentimiento de angustia. Tendríamos que diferenciar el ataque de angustia puntual del estado de ánimo de angustia generalizada. El primero guarda relación con deseos inconscientes reprimidos que pulsan por manifestarse en la conciencia y que nuestro Yo nos defiende de los mismos con un ataque de angustia. Sería como decir que antes de que nos demos cuenta de lo que deseamos o frente a la posibilidad de que nuestros deseos inconscientes afloren a la conciencia, aparece una señal de alarma y nuestro yo provoca un estado de angustia que hace concentrar toda la atención en los síntomas de dicho ataque, desviando la atención de dichos deseos reprimidos inconscientes. 

El estado de ánimo angustioso, hace referencia a la incertidumbre. Actualmente estamos en un momento de incertidumbre política, sanitaria, laboral que hace sentir a las personas un sentimiento de inseguridad. La inseguridad del panorama político muestra la incapacidad del sistema de otorgar seguridad a los ciudadanos. El sistema sanitario frente a una pandemia también ha generado inseguridades en el propio sistema. Lo laboral, tocado por la pandemia y el sistema político ha generado un panorama de inseguridad frente a lo más importante que hay para una persona dentro del sistema capitalista: el trabajo y su modo de producción. Tres pilares sobre los que se sostiene una sociedad: política, trabajo y salud y los tres por la inestabilidad  que ha generado la pandemia ha hecho que vivamos en la incertidumbre y justo, el no saber, el no entender hacia dónde vamos ni lo que vamos a ver en los próximos meses ha generado una angustia social en muchas personas que viven con el sentimiento de que “algo malo pasa o puede pasar”. 

 

La razón de sentir esta angustia ante la incertidumbre política, sanitaria y laboral tiene una base real: una pandemia mundial. Sin embargo, el sentimiento de angustia es uno de los sentimientos peor gestionados por las personas, ya que pocos conocen cómo manejar la vida bajo la incertidumbre cuando los ideales políticos, sanitarios y laborales han caído o han mermado la seguridad el sistema social. Toda incertidumbre, genera angustia si no se sabe entender la naturaleza del sentimiento de angustia. El psicoanálisis estudia la angustia desde lo que llamamos un corte, un giro, un cambio. Frente a lo desconocido, el ser humano como cuando era niño se angustia, ya que la angustia, despierta sentimientos la mayoría de ellos de naturaleza catastrofista o pesimista. Toda angustia es frente al cambio, frente a lo nuevo, frente una realidad donde el sistema social no genera seguridad. El sistema sanitario está remontando y se comienza a recuperar la confianza en él pero el sistema de producción laboral, en parte es una incógnita para muchas personas. ¿Recuperarán su salud económica o quedará mermada? ¿ Se puede pensar mas allá de condicionantes externos una vida profesional, laboral, mas allá de las crisis sanitarias y políticas? La falta de recursos para pensar de manera menos emocional y mas racional es lo que provoca entre otras cosas el sentimiento de angustia. Frente a lo desconocido la tendencia es abandonar. Frente a los cambios siempre surge miedo. ¿pero miedo a qué? ¿A no poder o a poder? La mente juega malas pasadas sobre todo cuando no se distingue lo que vemos de lo que sentimos pero nos guiamos mas por lo que sentimos en relación a lo que vemos. Evolucionaríamos si tuviéramos mas valentía emocional y apostaríamos por el crecimiento ya que la capacidad de trabajo es infinita en el hombre y la mujer. Pero la incertidumbre nos hace resguardarnos, buscar la seguridad en el refugio de lo conocido. Y tratamos de apartarnos de la incertidumbre que es algo a lo que deberíamos estar acostumbrados a sentir. ¿Existe certidumbre de algo en la vida? ¿Tenemos garantías absoluta de algo? No existe la certidumbre en la vida. La incertidumbre nos acompañará toda nuestra vida y si no sabemos cómo aprender a vivir en la incertidumbre, será entonces la angustia nuestra compañera de vida. El psicoanálisis aporta una inteligencia frente a lo que sentimos. Un valor frente a los miedos. Una respuesta a la angustia y una respuesta ante la incertidumbre.  (dedicado a mi amigo Pawes, que con su llamada telefónica me incitó a escribir este artículo) 

lunes, 15 de febrero de 2021

Todos los problemas de pareja tienen el mismo origen

En las dos últimas décadas observamos que las relaciones de pareja se ha deteriorado de manera alarmante y comprobamos que las separaciones, los problemas de comunicación, amorosos, sexuales, educativos, familiares se han incrementado hasta el punto que se ha desarrollado una tendencia bastante agresiva entre los miembros de cualquier relación de pareja. 

En las relaciones heterosexuales, observamos que impera un nivel de inmadurez psicológica en la relación de pareja que se establece entre sus componentes que hacen ver cómo los aspectos personales inmaduros neuróticos, se desplazan a dicha relación y deterioran la pareja hasta terminar en una separación la mayoría de las veces poco amistosa. Cuando analizamos por separado a los miembros de la pareja, encontramos que sobre la misma se desplazan elementos inconscientes sin resolver que la persona tenía anteriormente a la hora de constituir la pareja. Dentro de las carencias emocionales, nos preguntamos qué busca un hombre en una mujer y viceversa. Las respuesta obtenidas resultaban siempre vagas, imprecisas y muy generales. Como algo común que todas las personas buscan pero con tintes inmaduros. Amores únicos, posesivos, que nunca terminan de satisfacer a la persona que los demanda. Hombres que exigen a la mujer una demanda de amor que ella no puede colmar y mujeres que necesitan de pruebas de amor que no terminan de satisfacerlas. Digamos que lo que predomina mayormente en este tipo de pareja es un sentimiento de frustración, de insatisfacción que se va acentuando con el tiempo y termina provocando una fisura en la relación de pareja por donde se termina deshaciendo la misma. Si a esta dificultad le añadimos la existencia de niños de por medio, se acentúan mas los problemas pues los niños se convierten en moneda de intercambio de la neurosis de los padres, es decir, se usan para agredir al otro. Toda frustración en la pareja lleva a un sentimiento de rabia, agresividad que pulsa por destruirla. Lejos de salir de manera airosa de la misma, las parejas acaban en juicios, no cumpliendo los mínimos pactos de manutención y agrediéndose durante años a través de un rencor que les queda dentro por una vivencia frustrada de la cual ninguno ha salido bien parado.

Analizando a este tipo de personas, observamos que en la pareja han desplazados elementos inconscientes de la relación con sus respectivas familias. Es típico ver que la mala relación que una persona tiene con sus padres, termine de manera inconsciente desplazándola a su relación de pareja sin darse cuenta. Así mismo es común observar que unos padres separados, de mala manera, provocan en los hijos una identificación que les puede llevar generalmente a relaciones tortuosas de pareja e incluso a repetir también una separación de acuerdo al modelo parental que han vivido. 

En el análisis de las relaciones de pareja, encontramos que la causa del malestar y el deterioro, siempre es el desplazamiento de las relaciones inmaduras que los sujetos tienen con sus respectivos núcleos familiares. Muchos de estos sentimientos están reprimidos durante la adolescencia y comienzo de la edad adulta y terminan exteriorizándose en las relaciones de pareja, de ahí que el psicoanálisis de pareja termina mostrando que las dificultades y problemas de pareja son la repetición de conductas antiguas del pasado que la persona no ha podido cambiar y ahora repite pero en la relación de pareja. Es decir, mantiene con la pareja la misma relación de conflicto que tenía reprimida o no con su familia.