Continuando con los mecanismos de
proyección dentro de la pareja, avanzamos diciendo que una vez que la etapa de
enamoramiento desaparece, la pareja establece lazos afectivos proyectando sobre
el otro algo de sí mismo. Lo definimos en psicoanálisis como “amar al otro como
uno se ama a sí mismo”. Uno solo no existe, es decir, que un hombre, una mujer
son una compleja estructura formada por múltiples identificaciones desde el
momento que nace hasta que muere. Tanto
el niño como la niña, forman la estructura o base de su personalidad en torno a
lo que copian o sobre ellos proyectan los padres, educadores, familiares, etc…
Bien es sabido que toda relación implica pares contrarios, nos encontramos que donde hay amor, hay ambivalencia,
es decir, odio, rechazo, celos, envidia. La pareja para amar al otro debe
encontrar en él, un rasgo de sí mismo. La mujer como el hombre, buscarán rasgos
de los padres, en la pareja. También,
las personas amamos en el otro, lo que nos recuerda a lo que fuimos, somos o
nos gustaría ser. Este complejo mecanismo de proyección es lo que hace que las
personas amen a los otros como se aman a sí mismas. Y si tenemos en cuenta la
doble ambivalencia afectiva, podemos decir también que las personas cuando se
odian es porque odian del otro lo que les recuerda a sí mismas. Por lo tanto,
amor y odio se parecen y guardan relaciones muy íntimas que deben ser
psicoanalizadas para entender muchos de los problemas de las pareja.
Cuando una pareja tiene dificultades en
la convivencia, en la comunicación, en la sexualidad, deben ser analizados en
su totalidad los mecanismos de proyección que dentro de la pareja acontecen.
Esto quiere decir que cuando el hombre o la mujer se acusan de algo, debemos
relacionar dichas acusaciones o reproches con los mecanismos de proyección.
Tanto él como ella, se acusan de lo mismo de lo que ambos se recriminarían o se
reprocharían a sí mismos pero que la mayoría de las veces no se reconoce por
ser mecanismos del orden de lo inconsciente y sólo vemos el reflejo en el otro
pero no lo vemos en nosotros mismos porque censuramos o reprimimos cosas de
nosotros mismos para no verlas.
Si no aceptamos que amamos y odiamos al
otro como nos amamos y odiamos a nosotros mismos, no hay manera de entender los
mecanismos de proyección dentro de la pareja. Miguel Martínez. Asesor de
Parejas. Tfno. 667.518.809.
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