Acude a consulta
una pareja que están al borde de la separación. El hombre manifiesta unos celos
tremendos porque la mujer se apuntó a bailes de salón en el gimnasio. Descubre
que el profesor le ha declarado su amor a través de unos mensajes de washup y
le pide a ella que abandone dichas clases o le pide la separación. La mujer
comenta que no ha tenido nada con el profesor y que fue un error no haberle
“parado los pies” pero que aún sabiendo que no le gusta, la idea del coqueteo
le hacia sentirse bien consigo misma. La pareja comenta que desde hace dos años
que tuvieron a su hijo, han ido cayendo en la mas absoluta monotonía y para
ella, comenzar a bailar a sido un corriente de aire fresco a su vida, ya que
allí puede expresarse como se siente ella misma. El marido se siente fracasado
y le ha pedido que deje el baile para intentar entre ambos salir de la rutina.
Ella accede y durante dos meses inician actividades juntos, tratando de
recuperar “una alegría”, pero la mujer comienza a sentir rabia y agresividad
hacia el marido diciendo que por hacerle caso, ella ha perdido a su grupo de
amigas y que no se siente feliz. El marido no entiende porqué ella necesita ir
a un lugar donde sabe que otro hombre la desea. Y aquí radica el éxito de la
terapia del psicoanálisis. La mujer de manera inconsciente, para recuperar el
deseo que había perdido en la pareja, se hizo desear por otro hombre sin
necesidad de mantener relaciones con el mismo. La energía vital que dichas
clases la daba la mantenía contenta a la hora de convivir con su pareja y de este modo, se había recuperado una
alegría que antes no existía. Ocurre que el hombre, de manera inconsciente,
percibía y sabía que la alegría de su mujer no se debía a él, sino que ella
satisfacía con él el deseo que el profesor en ella producía. Los celos, nos
mostraron el camino del deseo del hombre. Siendo así que él de manera
inconsciente y sin saberlo “empujó” a su mujer a producir deseo en otro hombre.
Y el hecho de saber que ella era deseada, hizo que en él renaciera el deseo por
ella. La intolerancia que todo este juego producía en ambos, era debido a la
moral clásica que la pareja padecía. Cuando comprendieron que el deseo era “un
triangulo a tres”, comenzaron a relajarse y aprendieron que a veces, lo celos
no son el fracaso de una pareja, sino el comienzo de algo diferente, en este
caso, la tolerancia a producir el deseo en relación a un tercero, en este caso,
el profesor de baile. Después de seis meses de terapia, ella sigue con sus
clases de baile y el marido ha recuperado la alegría.
domingo, 18 de enero de 2015
PROBLEMAS DE PAREJA
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