Cuando una pareja acude por primera vez a
una consulta de psicoanálisis, desde la primera entrevista, el psicoanalista
puede percibir que cuando se hablan ningún sabe a quién se está
dirigiendo. Es frecuente ver el reproche
al otro, acusándole de cómo ha evolucionado la pareja hasta la pérdida del
amor, del deseo o del interés. Después de valorar a la pareja conjuntamente,
suele procederse a entrevistar la pareja por separado. Cuando escuchamos lo que
uno dice del otro, no tiene nada que ver con lo que el otro dice ser de sí
mismo. Esto lleva a confusión a especialista que no son especialistas en
terapia de pareja y se dejan guiar por el discurso manifiesto de lo que uno
dice del otro. Si la mujer dice que el marido ya no la quiere, desde el punto
de vista del psicoanálisis, no escuchamos “mi marido no me quiere”, sino la
secuencia de deseos inconscientes que han hecho de la mujer una persona no
querida. Cuando el hombre dice que mi mujer ya no me desea, el psicoanalista no
escucha “mi mujer no me desea” sino que reconstruirá la historia de deseos en
el hombre que han trabajado en él hasta conseguir que la mujer deje de
desearle.
Quiere esto decir que cuando una pareja
habla, una cuestión es “lo que dicen conscientemente” y la segunda cuestión “lo
que significa inconscientemente”. Podemos afirmar que NUNCA coincide lo que
decimos con lo que realmente este.
Este maravilloso descubrimiento de Freud
sobre el funcionamiento de la mente, nos hace diferenciar dos instancias en
nuestra mente que denominamos la parte consciente y la parte inconsciente de la
personalidad. Ambas funcionan en conjunto pero tienen a su vez un
funcionamiento independiente. Podemos decir que lo que nos llega a la
conciencia es un producto inconsciente pero disfrazado.
¿qué sentido puede tener que algo de
nosotros mismos nos llegue a la conciencia disfrazado? Tiene el sentido de ocultar algo, querer
decir otra cosa. Aquí tenemos lo que tantas parejas dicen: no le entiendo, no
comprendo porqué hace tal o cual cosa. Es decir, lo que no comprendemos del
otro es porque detrás de lo que dice o hace se halla otra cuestión u otra
intención pero disfrazada. De este modo
podemos ver cómo las parejas no comprenden las palabas del otro, su actitud, su
comportamiento, los cambios repentinos de humor, etc…
todo esto tiene una lógica desde el punto
de vista inconsciente. Siendo así que lo que desde la conciencia consideramos
ilógico, desde lo inconsciente encontramos su sentido que debe ser traducido y
ese es el trabajo del psicoanalista. (continuará)
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