Por ejemplo, la soledad, es sinónimo de rechazo al
otro, a los otros, al mundo. Estar solo, también es una decisión inconsciente
muy trabajada y construida con los años. Muchas personas harán alusión al hecho
de estar solos porque refieren no haber dado con la persona adecuada o que sus
experiencias vitales fueron negativas, contrarias a lo que ellas querían.
Nada más lejos de todo esto. Encontrar a personas
inadecuadas también supone una búsqueda inconsciente. Incluso podemos arriesgar
y decir que en las malas relaciones tanto de pareja, como familiares, como
laborales, hay un trabajo previo que a veces dura hasta años para construir una
relación nefasta que con el tiempo acaba en soledad o en desgracia. El ser humano,
absolutamente todo, lo construye y también lo destruye. No hay fuerzas
extrañas, ni misteriosas ni ajenas a nosotros mismos que produzcan esos efectos
sobre nuestras vidas. La ignorancia de no saber que en nosotros existe un otro
de nosotros mismos, que determina nuestras acciones, nuestros movimientos y
nuestros acontecimientos, nos sumerge en un abismo donde despreciamos a los
otros en vez de cuestionarnos a nosotros mismos. Cierto es que personas que
optaron por la soledad, en un momento de su vida se consideraron indignas de ser
queridas o amadas, es decir, previo a su estado de soledad actual , hubo
inicialmente un desprecio hacia sí mismos. ¿por qué? La soledad, también es una
condena de uno hacia uno mismo. Algo se
satisface en el estado de soledad. La soledad, cuando se psicoanaliza, suele
estar acompañada de un odio intenso, a veces de envidia, es decir, sentimientos
poco nobles, más bien infantiles y neuróticos. El solitario, no deja de ser una
persona que quisiera atentar contra todo
pero sin testigos que puedan verle. Otro tipo de solitarios, son aquellos que
nunca resolvieron su complejo de Edipo, lo que significa que no pudieron
desligarse de los lazos amorosos infantiles bien hacia la figura de la madre,
del padre o de algún hermano. Y esto ellos no lo saben. Al estar ligados de
manera inconsciente a sus primeros amores infantiles, difícilmente pueden
generar lazos afectivos con otras personas, ya que se encuentran desde hace
mucho tiempo “comprometidos o acompañados pero nunca solos”.
NO LO OLVIDES. Toda soledad, no es tal soledad. El
solitario en definitiva siempre está acompañado bien de odio, de envidia o del
recuerdo infantil de sus amores prohibidos. Y por esta circunstancia nunca
puede ser feliz, porque con quien quiere estar siempre es un imposible. (
CONTINUARÁ )
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