El término felicidad hace referencia al sentimiento de
plenitud, a la satisfacción y al equilibrio. Hemos dicho que si bien la
felicidad es del orden de lo subjetivo ( lo que hace feliz a uno puede hacer
desgraciado a otros ), podemos avanzar si establecemos una diferencia entre lo
que necesito, lo que demando o pido y lo que deseo. Son tres órdenes distintos ya que no es lo
mismo satisfacer una necesidad, una demanda o un deseo. Las necesidades son
múltiples y pueden ser de todo tipo, incluyendo las necesidades afectivas o
emocionales. Sin embargo, la demanda siempre es demanda de amor. Cada vez que
pido algo al otro ( sea lo que sea) siempre le pido amor. ¿Pero qué clase de
amor es el que pido que nunca lo hallo? Poderosa pregunta esta, la que debemos
de hacernos. Toda demanda de amor, por doloroso que nos parezca, siempre es
demanda de amor materno. Aunque sea a un hombre, a una amiga, a un novio, a una
mujer, etc… Cuando demando amor, le pido al otro que me ame como me amó mi
madre. Por este camino, entonces, difícil encontrar la felicidad porque el
reencuentro con la madre no es posible y si es posible en lo inconsciente, a la
larga va a ser causa de mas de una perturbación psíquica. Sin embargo, la falta
de felicidad de numerosas personas tiene que ver con no sentirse queridas, con
no sentirse amadas por alguien y ese alguien ( pareja, amigo, etc… ) al que se
le demanda, siempre es la madre, pero la madre no la actual o la madre muerta
sino la madre que la persona tiene en su inconsciente y de la que no tiene
representación en la tierra ( en ningún ser viviente ). La ingratitud que
adjudicamos a ciertas personas no deja de ser una manifestación de una demanda
de amor materna no satisfecha. Si le pido al otro que sea mi madre en el gesto
de pedirle amor, difícilmente podrá ser causa de satisfacción. Mas bien lo
calificaremos al otro de ingrato o carente. Ciertos desprecios que se suelen
hacer a las personas con las cuales se conviven, tales como tratarlos mal,
sádicamente, despreciándolos, haciéndolos creer que son seres inferiores, no
deja de ser más que una manifestación neurótica de un sentimiento de
frustración por no aceptar del otro a un humano. Y como el otro no es la madre
a la cual demando mi amor, lo termino maltratando o aniquilando la relación (
continuará )
domingo, 19 de enero de 2014
HERRAMIENTAS PARA SER FELIZ. Qué necesito, qué demando, qué deseo
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