La técnica del psicoanálisis se propone facilitar al paciente
su acceso a los contenidos de su psiquismo inconsciente. Dicho acceso, está
dificultado por las llamadas resistencias del paciente a la cura, lo que puede
llegar a dificultar dicho acesso. Una vez superadas las mismas, los contenidos
inconscientes emergen a la conciencia. Ningún psicólogo, psiquiatra o
psicoterapeuta que quiera practicar el psicoanálisis, podrá hacer buen uso de
esta técnica terapeútica si previamente no ha llevado a cabo un psicoanálisis
personal, ya que sus propios complejos y resistencias, impediran comprender las
resistencias y los complejos de sus pacientes. Aquellos que no lleven a cabo un
psicoanálisis personal y no se hallen en formación psicoanalítica, mejor que no
pretendan ejercer el psicoanálisis porque verán errada su intención y no
lograrán ningún éxito terapeútico entre sus pacientes.
El yo, la parte consciente de la personalidad sufre las
consecuencias de la civilización. El extraordinario incremento de las neurosis
y los trastorno mentales desde que las religiones han perdido su fuerza, nos da
una medida de la inestabilidad interior de los hombres y de su necesidad de
apoyo. El empobrecimiento, digásmolo así, de la persona, tiene que ver con el
enorme esfuerzo que debe hacer para reprimir sus intintos sexuales y que la
sociedad condena de manera enérgica.
Desafortunadamente, la sociedad, lejos de incluir el
psicoanálisis dentro de sus doctrinas científicas, lo separa y lo relega
simplemente por un interés comercial respecto a las enfermedades mentales, que
mueven miles de millones de euros anuales en tratamientos con pastillas que no
curarán jamás al enfermo y para colmo, le hacen creer que estára enfermo de por
vida para así asegurarse la continuidad de un tratamiento que solo podrá
calmarle un poco los nervios.
Otros dirán que el interés es nuestro y bien podemos
responder que un psicoanálisis de cualquier dolencia, es mucho más barato que
cualquier tratamiento con pastillas de por vida. Cualquier problema mental,
entre uno y tres años puede llegar a su total curación siempre y cuando por
parte del enfermo y de sus familiares, faciliten el tratamiento. Y por muy
lento que pueda parecer, uno, dos o tres años de tratamiento, donde se le
devuelve la alegría de vivir y la curación a una persona, no tienen precio si
por ello gana el resto de su vida. ( CONTINUARÁ )
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