Llama
poderosamente la atención la enorme rivalidad con que algunas parejas muestran
en su relación. Dicha rivalidad les lleva a discutir por lo más nimio y absurdo
hasta el punto de llegar a separarse. Sin embargo, tanto ella como él, tras
romper, cuando conocen a toda persona terminan reproduciendo el mismo modelo de
relación que la anteriormente terminada.
Entrando
en los aspectos inconsciente de este tipo de rivalidad, tenemos que analizar
separadamente en el hombre y en la mujer los factores que determinan dicha
pelea o rivalidad.
En
el hombre, la rivalidad con respecto a la mujer tiene varias causas. Hoy
comentaremos una de ellas y guarda relación
con una envidia inconsciente femenina hacia la mujer. Esto quiere decir
que el hombre por circunstancias inconscientes que habrían de ser determinadas
y estudiadas, rivaliza con la mujer porque de un modo inconsciente desearía ser
como ella. Esta incapacidad por parte del hombre, le lleva a considerar a la
mujer como un ser superior. Modelo de identificación inalcanzable que le genera
como toda envidia, un sentimiento de agresividad y rebeldía hacia la mujer.
En
la mujer, la rivalidad hacia el hombre suele estar determinada por varios
aspectos. Uno de ellos es la envidia masculina, es decir, hacia el hombre. Ella desearía haber sido un
hombre por la existencia de factores inconscientes que habrían de ser
determinados durante su desarrollo sexual y al no poder equivalarse al hombre, entra en rivalidad directa con él.
Tanto la rivalidad masculina como femenina, guarda relación en este caso, con
un sentimiento de inferioridad infantil tanto en el hombre como en la mujer.
dicho sentimiento hace que ella valora al hombre y quiera ser como él sin poder
conseguirlo y al hombre le sucede lo mismo. Frente la mujer se siente inferior
y al no poder ser como ella, quiere destruir o aniquilar la visión de la misma
porque la presencia femenina activa el sentimiento de inferioridad en el
hombre.
Se
produce una lucha de “egos” donde ninguno de los dos puede aceptar el sexo que
le corresponde con respecto al otro. Ambos tratan de imponerse al otro porque
ninguno de los dos acepta la diferencia sexual con el otro. Son como dos
parejas, una mujer masculina y un hombre femenino que no logran llegar a
acuerdos simplemente por no aceptar la posición sexual que a cada uno con respecto
al otro le toca tolerar.
Estas
rivalidades necesitan con urgencia un psicoanálisis de la pareja, pues si no se
resuelve esta inmadurez, terminará aniquilando a la pareja.
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