Con frecuencia nos encontramos parejas que a pesar de no haber ni deseo ni amor entre ellos, viven atrapados en una monotonía eterna donde el único deseo es vivir en tranquilidad sin ser molestado mutuamente. Nos preguntamos si a pesar de esto, hay algún tipo de sexualidad entre ellos. ¿Realmente puede no haber deseo dentro de una pareja? ¿Puede el amor y el deseo desaparecer? Si la pareja continua junta debemos pensar que alguna sexualidad hay pero ¿ cual ? El psicoanálisis estudia este tipo de parejas y descubre que habitualmente lo que el hombre es para la mujer no es lo que él cree. Así mismo lo que la mujer es para él no suelen corresponderse con lo que ella cree que es. Estamos hablando de un juego de espejo, en el sentido de que el hombre proyecta sobre la mujer sus fantasmas afectivos y emocionales ( figura de la madre, padre o hermanos ) y a la mujer le pasa lo mismo. Visto así nos surge las preguntas ¿ qué es un hombre para una mujer? y ¿ qué es una mujer para un hombre?. Cuando las parejas llegan al psicoanálisis realmente se sorprenden al conocer la parte inconsciente que hay en juego dentro de la pareja pero que ninguno de los dos acierta saber conscientemente qué es. El puede seguir atrapado en la relación imaginaria con la madre y desplazar dicha relación infantil a su relación actual. De esta manera, la mujer es tratada por el hombre como la figura materna y el hombre revive la relación maternal con su mujer. De esta manera, el amor, el odio y el deseo se juegan dentro de la relación imaginaria niño-madre pero no en la relación hombre-mujer. El amor y el deseo se han desplazado de manera que sigue existiendo pero de una manera inconsciente. La mujer- dependiendo de su desarrollo sexual- ha podido quedar atrapada en la relación con la madre o con el padre, esto es lo normal, aunque hay que estudiar también el resto de fantasmas familiares ( hermanos, tios, abuelos ). De manera que la mujer también puede estar repitiendo de manera inconsciente la relación imaginaria con su padre o su padre en la figura del marido sin darse cuenta de ello. Abreviando, decimos que en aquellas parejas que a pesar de decir que no sienten nada el uno por el otro, pero que siguen juntas, se descubre que la relación que mantienen actualmente es una relación inconsciente de la sexualidad familiar desplazada a la convivencia actual.
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