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domingo, 25 de abril de 2010

EL SOMETIMIENTO DENTRO DE LA PAREJA

Existe una tendencia humana a hacernos dependientes de los demás, sobre todo en las relaciones amorosas, tendencia inexplicable desde la razón pero explicable desde la parte inconsciente de la personalidad. Dicha dependencia puede caer en el servilismo e incluso en el sometimiento al otro. El niño, desde su inmadurez física y emocional, necesita esclavizarse a lo que llamamos la función madre, la cual evita que el niño muera. Una vez crecido, algo en él reconoce, en calidad de deuda simbólica, que debe su vida a esa o esas personas que lo han cuidado y que gracias a los mismos, ha podido sobrevivir a su propia impotencia. De aquí surgiría la primera dependencia dentro de las relaciones de pareja: buscar la primitiva relación materna que tanto bienestar produjo en los tiempos prehistóricos de la infancia. Una segunda dependencia o sometimiento es al amor del otro. Sentirse amado es posiblemente el sentimiento que mas seguridad da a una persona. También en el desarrollo psicoemocional del niño, es importante el sentimiento del amor, que se juega del padre y de la madre hacia el hijo. En el llamado Complejo de Edipo, se resuelven las identificaciones con el padre y con la madre para afrontar la relación con los hombres y con las mujeres. Esta dependencia tiene que ver como cada persona haya resuelto la desvinculación amorosa hacia el padre y la madre. Dependiendo de lo intensa que haya sido, así se vivirá luego en pareja, es decir, se buscará un modelo de amor basado en lo anteriormente vivido, tanto si se vivió como falta o como demás. Un tercer modelo de dependencia es a lo sexual. El goce frente a las primeras relaciones sexuales también se hace dependiente hacia la persona que lo propició, de ahí que no se tolera su pérdida y ante la posibilidad de ello, la persona es capaz por celos de acabar con la otra persona a verla gozar o dar goce a otros.

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